domingo, 9 de agosto de 2009

Crónica de Cuenca

Ayer nos fuimos a Cuenca unos cuantos beceros desde Madrid en tren. Tengo que decir que yo le tengo mucho cariño al tren (debe ser porque me mareo en coche y autobús xD), pero aún así 3 horas de viaje para hacer 200 kilómetros me parece excesivo. A las 8.00 en Atocha nos vamos con nuestro billete cada uno y en atocha vemos los cartelitos: "Si viajas a Cuenca ve a Villaverde Bajo en cercanías y allí transbordo al regional". Bueno, no está mal. En el vagón conversación interesante, repaso al Papyre que se trajo Ayhesa y que cada vez me convence más y llegamos a Cuenca a las 11.20h.

Tuvimos una salida acelerada porque íbamos a la visita teatralizada a las 12.00 y siguiendo el plano y las indicaciones de los lugareños llegamos a unas cuestas... unas cuestas... ¡arriba Cuenca! digo... ¿Cuenca? ¡Arriba! y allí estábamos los cinco subiendo cuestas y escaleras con el tiempo justo para la visita. Menos mal que Bibliotecóptera, Pablo y Edisa nos sacaron las entradas. Llegamos a las 12.10 y sólo nos perdimos una leyenda. Porque así era la visita, leyendas de Cuenca ambientas en los lugares donde se desarrollan. Agradecimos muuuucho el agua que nos ofrecieron y seguimos la visita. Lo que más me gustó fue la bajada de las angustias con la iglesia, la leyenda y la talla del Cristo Chato (llamado así porque es costumbre rozarle la nariz mientras se pasa y ya la nariz quedó chata). En la ruta fuimos liberando libros ¡y a Ayhesa ya le han llegado nota de dos cazas! ¡Viva Cuenca!

Cuando terminó la ruta, a las 13.30, fuimos a ver la catedral (cerrada, así que solo la vimos por fuera), el ayuntamiento y los alrededores y aaaaabajo, que el restaurante en el que teníamos reserva estaba abajo xD Comimos de miedo en la posada del tinte y a la salida... amenaza de tormenta. Todos con paraguas o chubasquero (quién lo hubiera dicho por la mañana, con el sol que hacía) y damos un paseo, esta vez más despacio, por la ciudad buscando algún sitio donde comprar dulces típicos, miel o dedales de recuerdo. Buscando, buscando encontramos una pastelería donde compramos la miel (¡miel de la alcarria!), alajú (una torta de miel y almendra), y otros dulces (eso sí, dedales no tenían xD).

Nos tomamos un café en la cafetería de la estación (muy cuca la cafetería) y de nuevo al tren con más conversación interesante y risas. Cuando llegamos a Villaverde Bajo transbordo a Atocha... y allí me doy cuenta de que el mismo cercanías me lleva a nuevos ministerios donde puedo coger un autobús. Como no había tiempo de subir a la estación a por el billete, en atocha me despido de Ayhesa, Qaalat, filo y loclien y yo me quedo en el tren de polizón esperando poder comprar el billete antes de los torniquetes de salida (me he convertido en un polizón O_o).

En Nuevos Ministerios no hay máquinas, así que tendía que explicar lo que ha pasado a alguien de renfe (esperando que no me multe). Sólo veo a un guardia de seguridad que me dice "¿Y tu billete?" y yo roja como una amapola y una sonrisa digo "ahora iba a comprarlo" (cosa que era cierta). Me escolta "amablemente" hasta la máquina lo compro y se lo doy. De ahí al autobús y hoy... ¡agujetas! XD

PD: ¡Qué bonita es Cuenca!

4 comentarios:

Ayhesa dijo...

Muy buena la crónica...y me alegra saber que no acabaste en la cárcel XD

Luis Zamarreño dijo...

Jaja, no hay que ser tan vergonzosa.
¿Has dicho si te gustó Cuenca?

lulalook dijo...

Lo de la vista teatralizada parece muy buena idea...

Ricardo Guadalupe dijo...

Bueno, disfrutasteis de lo lindo, y tenéis que volver, ¿no? porque por lo que cuentas no visitasteis la Ciudad Encantada, que es una pasada, con sus formaciones rocosas que evocan imágenes imposibles.

Por cierto, graze, cuéntanos alguna de las leyendas, porfaplis.

Un beso